Homilía Arzobispo de Yucatán – VI Domingo de Pascua, Ciclo B

HOMILÍA
VI DOMINGO DE PASCUA
Ciclo B
Hch 10, 25-26. 34-35. 44-48; 1 Jn 4, 7-10; Jn 15, 9-17.

“Este es mi mandamiento, que se amen los unos a los otros
como yo los he amado” (Jn 15, 12).

 

Ki’ óolal lake’ex ka t’ane’ex ich maya, kin tsik te’ex ki’imak óolal yéetel in puksi’ikal, kin k’atik xam ti’ Yuumtsil u toj óolale’ ex. U T’aan Yuum Ku’ te’ wak p’éel domingo’ ti’ Pascua’ ku ya’alik to’on ti’olal u yaakunaj u wa’almaj t’aan.

 

Saludo y Conmemoración.
Muy queridos hermanos y hermanas, les saludo con afecto y les deseo todo bien en el Señor en este sexto domingo del tiempo de Pascua. Un día como hoy hace 500 años, se celebró en tierra mexicana, en la Isla de Cozumel, la primera misa documentada. Demos gracias al Señor por el don de la Eucaristía.

Hemos entrado de lleno al mes de mayo conocido por ser el mes de María, nuestra madre del cielo. Me da mucho gusto saber que en algunas parroquias de la Arquidiócesis se está retomando la costumbre de presentar flores a nuestra Madre durante este mes. La fe y el amor tienen que manifestarse con signos muy humanos, como este de llevar flores, especialmente de parte de los niños. El mes se cerrará con la fiesta de la Visitación de María santísima a su prima santa Isabel el 31 de mayo.

 

San José Obrero y la Dignidad del Trabajo
Iniciamos este mes con el “Día del Trabajo” el primero de mayo; fecha que nos recuerda a los mártires de Chicago, obreros que murieron defendiendo la jornada laboral de ocho horas. Además celebramos también a san José Obrero, celebración creada en 1955 por el Papa Pío XII, para que todos viéramos de nuevo la belleza del trabajo humano, bajando así la presión a la lucha obrero patronal, al recordar al hombre santo elegido por Dios, para que con su trabajo sencillo de carpintero protegiera al Hijo de Dios en su infancia y adolescencia, lo mismo que a la Virgen María. Fue este santo varón quien a través del trabajo, enseñó a su Hijo divino a trabajar con sus propias manos para ganarse el pan de cada día.

El trabajo es un medio de santificación, pues mediante él, alabamos a nuestro Dios y servimos a nuestro prójimo. Fue san Juan Pablo II, quien en la encíclica “Laborem Exercens” de 1981, definió al ser humano como un ser trabajador, sea obrero, empresario, ama de casa o estudiante, ya que el trabajo humano no debe valorarse o medirse por el salario, sino por la persona que lo realiza.
(Cfr. http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_14091981_laborem-exercens.html).

 

Con Amor a Nuestras Mamás
Viene el próximo 10 de mayo la celebración del “Día de las Madres”, de tanta tradición en nuestro pueblo. Tenemos mucho que agradecerle a nuestras madrecitas, pues además de haber aceptado traernos al mundo, nos alimentaron cuidándonos día a día, y nunca dejan de estar al tanto de nosotros, sin importar la edad que tengamos. Hay muchas y muy hermosas poesías que se han escrito a las mamás, pero creo que ninguna abarca suficientemente todo lo que ellas hacen y valen. Tal vez la mas descriptiva y actual es la del conferencista y actor mexicano Daniel Habif, llamada “Mi Superhéroe”.
(Cfr. https://www.youtube.com/watch?v=QPifd3NjSpc).

Muchos jóvenes y no tan jóvenes saldrán desde las primeras horas del día hasta el amanecer del jueves a dar mañanitas a sus mamás, y para ellos la mejor afinación de su voz vendrá de un corazón amoroso y agradecido. El amor de una buena madre es la idea humana que mejor nos acerca a entender el amor de Dios que dice: “¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ellas se olvidaran, yo no te olvidaré” (Is 49, 15).

 

Recordando a los Maestros
Luego tendremos la celebración del día del maestro el 15 de mayo, profesión que requiere vocación para ejercerse con la suficiente entrega y amor. Gratitud para todos aquellos y aquellas que se dedican a la noble tarea de educar a los niños, adolescentes y jóvenes.

Pido al único Maestro de todos, a Jesús el Señor, que les dé suficiente paciencia, sabiduría y amor por sus educandos, para que más allá de los textos y programas se esfuercen por conducirlos rectamente para que se formen en los valores humanos y cristianos necesarios para servir a Dios, al próximo, y por supuesto, a nuestra Patria.

 

Liturgia Dominical: ¿En qué Consiste el Amor?
En la primera lectura de este domingo tenemos el relato del bautismo de los primeros cristianos no judíos, es decir, los que venían del paganismo. Se trata del centurión romano Cornelio y de sus familiares y amigos, quienes al escuchar la predicación de san Pedro apenas comenzada, recibieron al Espíritu Santo, con las mismas manifestaciones que tuvieron los discípulos el día de Pentecostés. Por eso Pedro exclamó: “¿Quién puede negar el bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros?” (Hch 10, 47). Este hecho dejó muy claro que entonces, como hoy, la evangelización es obra del Espíritu Santo más que mérito de los predicadores.

La iniciativa en el amor siempre es de Dios. Por eso el apóstol san Juan dice en la segunda lectura de hoy, tomada de su Primera Carta que: “El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados” (1 Jn 4, 10). Él pensó con amor en cada uno de nosotros desde la eternidad, y por amor a cada uno de nosotros, decidió desde siempre, entregarnos a su Hijo para nuestra salvación.

Dios también está en el origen de los amores humanos, porque hace nacer la simpatía recíproca entre dos personas que llegan a ser grandes amigos; después dependerá de cada uno cuidar, conservar, fortalecer la amistad o echarla a perder. No existe un cupido que fleche a las personas, sino que es el mismo Dios quien permite que un hombre y una mujer se conozcan, se amen y tomen la decisión o el proyecto de unirse para siempre, hasta que la muerte los separe. Luego cada uno será responsable de conservar y acrecentar ese amor que ha de fortalecerse con las pequeñas o grandes dificultades de cada día.

 

Amar al Estilo de Jesús
En el santo evangelio según san Juan, Jesús dice a sus discípulos: “Como el padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor”. (Jn 15, 9) ¿Puede alguien saber cómo o cuánto ama el Padre celestial a su Hijo divino? Jesús les dice: “Así los amo yo”. Aquí es donde el misterio de la Santísima Trinidad ya no es algo lejano, pues aunque sea incomprensible a nuestra mente, resulta un misterio incluyente, ya que nos podemos ver incluidos en él.

Ojalá nos dejemos amar así por Jesús; esto lo hacemos al cumplir los mandamientos, pues de este modo permanecemos en el amor del Padre y del Hijo. No es que Dios ponga el cumplimiento de los mandamientos como condición para amarnos, sino que el amor entre dos supone toda libertad; Dios no nos retiene a la fuerza, sin embargo, al pecar voluntariamente nos alejamos de los brazos amorosos de nuestro Padre.

El mandamiento nuevo de Jesús es que nos amemos como él nos ha amado. El amor que yo tenga por alguien, puedo sentirlo muy fuerte y puedo creer que nada lo destruirá. Sin embargo, asombrarnos así por un sentimiento de amor puede llevarnos a idolatrar dicho sentimiento; y por el contrario, en cualquier momento podemos llegar incluso a destruirlo. Amar al estilo de Jesús nos ha de llevar una y otra vez al perdón, a la disponibilidad de dar la vida por la persona que amamos.

El amor al estilo de Jesús nos hace ir más allá de los sentimientos efímeros y nos da fuerza para perseverar. Además, amar como Jesús me lleva a tomar decisiones de amor, no sólo con mis familiares y seres queridos, sino también en favor de personas que no son nada nuestro según la sangre y nada nuestro según los sentimientos, pero que lo son todo según la fe, ya que los veremos como Hijos de Dios y como hermanos. El poder amar al estilo de Jesús nos llevará también a perdonar a nuestros enemigos y a tomar la decisión de amarlos también a ellos.

Jesús nos invita a ser sus amigos y lo seremos haciendo lo que él nos manda. Si no sabemos de memoria los mandamientos, el amor nos ha de descubrir lo que debemos hacer a cada paso de nuestra vida. ¡Cuántos hay que gozan de la amistad de otros y no saben que pueden gozar también de la amistad de Jesús, el amigo incomparable! Cómo duele que un amigo nos falle, ¡pero no temas!, que el Amigo por excelencia nunca te ha de fallar.

Fue a los Apóstoles a quienes Jesús dirigió estas palabras en un diálogo íntimo, aunque si están escritas en el Evangelio, es porque Jesús quiere dirigirlas a cada uno de nosotros aquí y ahora, en espera de nuestra respuesta personal. Ahora Jesús quiere que tú y yo escuchemos éstas palabras suyas: “No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca” (Jn 15 16).

Felicidades pues a todos los trabajadores, especialmente a los trabajadores de la construcción que celebraron su fiesta el pasado 3 de mayo, día de la santa Cruz. Felicidades a todas las mamás en su próximo día. Nuestra oración por nuestras madres difuntas, que en el cielo continúan su tarea de velar por sus hijos con su intercesión.

Tengan todos una feliz semana. ¡Sea alabado Jesucristo!

 

+ Gustavo Rodríguez Vega
Arzobispo de Yucatán

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