MENSAJE EPISCOPAL
CON MOTIVO DE LA NAVIDAD
“¡Habrá Navidad!, Dios nacerá y nos traerá libertad”.
Muy queridos hermanos y hermanas, al acercarse la fiesta anual de la Navidad del Señor me dirijo a todos ustedes, cristianos católicos, cristianos de otras hermanas Iglesias, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, con un saludo sincero y fraterno de buena voluntad para esta Noche Buena, Noche de paz, en la que recordaremos el nacimiento del Hijo de Dios que vino al mundo para salvarnos.
Durante el pasado siglo XX, y al iniciar el siglo XXI, la celebración navideña fue perdiendo poco a poco su auténtico sentido religioso, para convertirse en algo puramente cultural para la mayoría, y la oportunidad de descansar del trabajo y de festejar con familiares y amigos a lo grande. La sociedad de consumo se apropió de la Navidad motivándonos a compras frenéticas para poder pasar “una feliz Navidad”. Una compañía de refrescos deformó y desvirtuó la imagen y la historia de San Nicolás, para convertirlo en un ser de fantasía sólo para los niños pequeños, en lugar de mostrar al santo generoso con los pobres y necesitados y gran defensor de la fe, que es un excelente modelo para todos.
Este año de pandemia nos ofrece la oportunidad de un cambio en muchos aspectos de nuestra vida personal, familiar y social, repensando todas nuestras formas de vivir y nuestros criterios, muchas veces alejados del pensamiento de Dios. A propósito, felicidades a todos los que supieron celebrar las fiestas guadalupanas de manera familiar, evitando los riesgos de contagios. Esta Navidad también nos presenta un reto semejante para vivirla de manera creativa, de un modo peculiar, en el que todos podremos, si nos lo proponemos, celebrar en familia, sin olvidar el motivo de nuestra alegría, sin olvidar al festejado, que ha venido al mundo para nosotros.
Recientemente se ha hecho famoso un Padre de Pamplona, España, por un texto que escribió, y que le mereció una llamada telefónica del Papa Francisco el pasado 7 de noviembre. Recordemos lo que dice el texto del Padre Javier Leos Ventura, párroco de san Lorenzo que conmovió al Papa y a miles, quizá millones de personas en el mundo. Dice el texto:
“¿QUE NO HABRÁ NAVIDAD? ¡Claro que sí! Más silenciosa y con más profundidad. Más parecida a la primera en la que Jesús nació en soledad. Sin muchas luces en la tierra, pero con la de la estrella de Belén destellando rutas de vida en su inmensidad. Sin cortejos reales colosales, pero con la humildad de sentirnos, pastores y zagales buscando la Verdad. Sin grandes mesas y con amargas ausencias, pero con la presencia de un Dios que todo lo llenará.
¿QUE NO HABRÁ NAVIDAD? ¡Claro que sí! Sin las calles a rebosar, pero con el corazón enardecido, por el que está por llegar. Sin ruidos ni verbenas, reclamos ni estampidas… pero viviendo el Misterio sin miedo al ‘covid-herodes’ que pretende quitarnos hasta el sueño de esperar. Habrá Navidad porque DIOS está de nuestro lado y comparte, como Cristo lo hizo en un pesebre, nuestra pobreza, prueba, llanto, angustia y orfandad. Habrá Navidad porque necesitamos una luz divina en medio de tanta oscuridad. Covid19 nunca podrá llegar al corazón ni al alma de los que en el cielo ponen su esperanza y su alto ideal.
¡HABRÁ NAVIDAD! ¡CANTAREMOS VILLANCICOS! ¡DIOS NACERÁ Y NOS TRAERÁ LIBERTAD!”.
Hermanos y hermanas, gocemos intensamente la Navidad del año 2020, y que esta experiencia deje en nosotros y en el mundo cambios profundos que permanezcan para bien de todos, disfrutando navidades más espirituales, las cuales, sin vaciar del todo nuestros bolsillos, nos llenen el corazón del amor a Dios, del amor a los pobres y del amor a los nuestros.
¡A todos les envío un fuerte abrazo virtual deseándoles una muy feliz Navidad!
+ Gustavo Rodríguez Vega
Arzobispo de Yucatán