El pueblo de Dios, que peregrina en Yucatán, ante los recientes hechos ocurridos en la rectoría de San Camilo de Lellis (Mérida), realiza un acto público de adoración eucarística, para expresar de esta manera su fe en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar y un acto de desagravio y reparación contra el sacrilegio cometido.
NOTAS LITÚRGICO PASTORALES:
1. El fin primero y primordial de la reserva de la Eucaristía fuera de la Misa es la administración del Viático; los fines secundarios son la distribución de la comunión y la adoración de nuestro Señor Jesucristo presente en el Sacramento. Pues la reserva de las especies sagradas para los enfermos ha introducido la laudable costumbre de adorar este manjar del cielo conservado en las iglesias. Este culto de adoración se basa en una razón muy sólida y firme; sobre todo porque a la fe en la presencia real del Señor le es connatural su manifestación externa y pública.
2. La sagrada Eucaristía se reservará en un sagrario inamovible y sólido, no transparente, y cerrado de tal manera que se evite al máximo el peligro de profanación. De ordinario en cada iglesia u oratorio habrá un solo sagrario, situado en la parte de la iglesia u oratorio que sea distinguida, destacada, convenientemente adornada y apropiada para la oración. Quien cuida de la iglesia u oratorio ha de proveer a que se guarde con la máxima diligencia la llave del sagrario en que se reserva la sagrada Eucaristía.
3. La celebración más conveniente que se puede emplear para reparar la injuria causada a una iglesia, sobre todo cuando ha sido profanado gravemente el Santísimo Sacramento, es la misa votiva de la Sagrada Eucaristía3 (MR 1119 edición Buena Prensa), que se ha pedido sea el 3 de noviembre.
4. Es aconsejable, también el rezo del Santo Rosario, ayunos, penitencias, sacrificios, obras de caridad, para reparar el sacrilegio.
5. Se presenta un esquema de hora santa reparadora que se aconseja se realice el mismo día 3 de noviembre.
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