Homilía Arzobispo de Yucatán – IV Domingo de Pascua, El Buen Pastor, Ciclo B

HOMILÍA
IV DOMINGO DE PASCUA
EL BUEN PASTOR

55º JORNADA MUNDIAL
DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
Ciclo B
Hch 4, 8-12; 1 Jn 3, 1-2; Jn 10, 11-18.

“Yo soy el buen pastor, porque conozco
a mis ovejas” (Jn 10, 14).

 

Ki’olal lake’ex ka t’aane’ex ich maya, kin tsik te’ex ki’imak óolal yéetel in puksikal. Bejla’e’ u kan p’éel domingo ti’ Pascua k kiinbesik Yuumtsil leti’ le Aj Kanan Tamano’ yéetel xaam u lu’umil Yucatán kiinbesik k’iini’Seminario.

 

Jesús es el Buen Pastor
Muy queridos hermanos y hermanas, les saludo como siempre afectuosamente y les deseo todo bien en el Señor, en este cuarto domingo del tiempo de Pascua, en el cual celebramos con toda la Iglesia la fiesta de Jesús Buen Pastor; y también en nuestra Arquidiócesis de Yucatán celebramos el día del Seminario.

Pudiera ser que alguien no encontrara alguna relación inmediata entre la celebración del Buen Pastor y la resurrección de Cristo. Cuando hablamos de los santos Padres de la Iglesia, nos referimos a los primeros obispos y maestros, que luego de los Apóstoles, fueron precisando más y más con sus enseñanzas el riquísimo contenido de la revelación que Cristo trajo al mundo. Padres como san Ireneo, san Ambrosio, Orígenes, san Jerónimo, san Gregorio de Nisa y san Agustín, coinciden en relacionar la encarnación, muerte y resurrección de Cristo con la parábola del Buen Pastor.

En el evangelio de hoy según san Juan, Jesús dice: “Yo soy el buen pastor” (Jn 10, 11), y cada vez que en este texto evangélico dice “yo soy”, está afirmando su divinidad. El nombre de Yahvéh, que en algunas otras iglesias cristianas le siguen llamando Jehová, por un malentendido en el uso de las vocales hebreas, ya que en realidad significa “Yo soy”. Jesús pues, en varios pasajes del evangelio dice “Yo soy”, añadiendo alguna característica más que define su divinidad: “Yo soy el pan de vida”; “Yo soy la luz del mundo”; Yo soy la resurrección y la vida; “Yo soy el camino, la verdad y la vida”; “Yo soy la vid”; “Yo soy el buen pastor”.

 

El Buen Pastor descrito por los Padres de la Iglesia
Los santos Padres de la Iglesia afirman que Jesús es ese buen pastor que bajó del cielo para llevar sobre sus hombros a la oveja descarriada, quien regresa a la Casa del Padre llevando esa oveja que somos cada uno de nosotros, que es también la Iglesia entera, la humanidad entera. San Ireneo decía: “El Señor ha venido a buscar la oveja que se había perdido y al hombre que se había perdido”.

Orígenes decía: “¡Por una sola pequeña oveja que se había perdido, él ha descendido a la tierra; la ha encontrado; la ha tomado sobre sus espaldas y la ha devuelto el cielo!”. En este sentido, aunque Cristo ya nos redimió con un solo sacrificio y ya llevó nuestra humanidad para sentarla con él, es decir, en su persona a la derecha del Padre; el buen Pastor sigue descendiendo a la tierra, se sigue encarnando en el Sacramento Eucarístico, en su Palabra y en sus pastores de hoy, así como en todas las personas que nos ayudan a creer en él y a entregarle nuestra vida, para que nos cargue sobre sus hombros y nos lleve junto a su Padre. Deja ya de cargar el peso de tus pecados, de todos tus problemas y angustias, y permite que Jesús te lleve sobre sus hombros.

San Agustín nos recuerda el carnero que nuestro padre Abraham encontró enredado entre espinas, mismo que tomó para ofrecerlo en sacrificio en lugar de su hijo Isaac, y afirma que aquella era una figura remota del Cordero inmaculado que, coronado de espinas, subió al Calvario para redimirnos. También antes san Ireneo comparaba la pasión de Cristo con la parábola del buen Pastor diciendo: “Entonces la ‘parábola de la Pasión’ nos recuerda cómo Cristo, entrando en la muerte, ha debido descender en las profundidades de la tierra para reencontrar a la oveja perdida”.

Un texto guía para los primeros cristianos y para nosotros cristianos del siglo XXI, es la “Didascalia Apostolorum”. En este libro encontramos unas palabras dirigidas a un obispo que dicen: “Tú, pastor lleno de ternura y pastor diligente, ponte a la búsqueda, cuenta el rebaño, busca la oveja que falta, regresa a la extraviada al recto camino, reconduce a la que se ha alejado… como el Señor Dios, nuestro buen Padre, que ha enviado a su Hijo, buen pastor y salvador nuestro, nuestro maestro Jesús”. Esta invitación, hoy en día, es para el Papa, es para cada obispo, es para mí y cada uno de mis sacerdotes; es para nuestros seminaristas, para que desde ahora adviertan cuál será su tarea en el sacerdocio; es para que nuestros adolescentes y jóvenes hagan su discernimiento y consideren si acaso el Señor les está llamando a semejante ministerio, de representar debidamente a Jesús, el Buen Pastor. Cada uno ha de pensar a quién debe pastorear: a su pareja, a su hijo, a su hermano, a su amigo, a su compañero; también cada uno debe pensar a quién ha puesto Dios en mi vida para que me pastoree.

 

 

El Seminario y la Promoción Vocacional
Hemos de sentirnos orgullosos y agradecidos con Jesús el Buen Pastor por nuestro Seminario de Yucatán, el cual durante más de doscientos cincuenta años ha formado muchos y muy santos sacerdotes, pastores para nuestro pueblo yucateco. Nos toca sostener a nuestro Seminario, por lo que hoy nuestra colecta es toda para esta venerable institución. Nos toca orar, hoy más que nunca, por cada seminarista, por su perseverancia y santificación, pidiendo que si alguno no llegara al sacerdocio, todos alcancen la santidad.

Hoy día de “Jesús el Buen Pastor”, inauguramos la campaña “365 x Voc-Yuc” (365 días de oración por las vocaciones en Yucatán), promovida por la Pastoral Vocacional, que busca poner a los católicos de nuestra Arquidiócesis en un esfuerzo de oración constante durante todo un año, por las vocaciones sacerdotales para nuestra iglesia particular. Quiera darnos nuestro buen Padre Dios, mediante esta campaña de oración, muchos y muy santos sacerdotes.

 

 

Una Piedra Angular en el IV Domingo de Pascua
En la primera lectura tomada del libro de los Hechos de los Apóstoles, encontramos a Pedro y Juan dando razón a los Jefes del Pueblo y a los ancianos, del poder con el cual fue curado el paralítico que se sentaba a la puerta del templo. Afirmaban con certeza y valor que este hombre fue sanado en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ellos llamaban, siguiendo la alegoría del salmo 117, “la Piedra”; la cual fue rechazada por ellos mismos, la autoridad judía, pero que ahora se había convertido en la Piedra Angular.

Así lo repetimos hoy en el salmo responsorial: “La piedra que rechazaron los constructores es ahora la piedra angular” (Sal 117). Y tú, ¿sobre qué edificas tu vida?, ¿cuáles son las seguridades que te sostienen?, ¿cuál es el fundamento de tu existencia? Ojalá puedas proclamar con toda certeza, firmeza y gozo lo que dice este salmo: “Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el Señor que buscar con los fuertes una alianza”. A nosotros, los pastores del Pueblo de Dios, nos toca edificar la Iglesia sobre Cristo, nuestra Piedra Angular. A ti, cristiano, te toca edificar tu propia vida y la de tu familia sobre la Roca espiritual que es Cristo el Señor.

En la segunda lectura tomada de la Primera Carta del apóstol san Juan, se nos recuerda la grandeza del amor de Dios por nosotros, puesto que nos llamamos y somos hijos de Dios; pero la plenitud de lo que seremos al fin, se nos manifestará cuando podamos contemplar a Dios tal como es y nos veamos a nosotros mismos semejantes a Él (Cfr. 1 Jn 3, 1-2).

 

Oración para el Proceso Electoral 2018
Mientras se van acercando las elecciones para los distintos cargos y niveles de gobierno en nuestra Patria, nuestro Estado y nuestros municipios, los obispos de México invitamos a todo el Pueblo de Dios, a unirnos en oración, ante el proceso electoral que estamos viviendo, rogando al Señor, nos conceda la luz, la paz, la conversión y la esperanza que tanto necesitamos, poniendo en sus manos a las numerosas víctimas de la violencia en nuestra tierra:

Dios Uno y Trino, invocamos tu asistencia amorosa a favor de nuestra nación en este año que ejerceremos nuestra responsabilidad ciudadana como una expresión de compromiso y participación en la construcción de nuestra Patria.

Padre eterno y bondadoso, ayúdanos a discernir con tu sabiduría para elegir a aquellos ciudadanos que puedan ejercer las funciones de gobierno con conocimiento, sensibilidad, competencia, honestidad y que sean constructores de la paz y la reconciliación.

Hijo único del Padre, que te encarnaste y asumiste un contexto histórico, en medio del pueblo de Israel, que tu ejemplo nos comprometa con nuestro propio pueblo para que ofrezcamos nuestra aportación constante en la participación y el compromiso ciudadano.

Espíritu Santo, fuente del amor del Padre y del Hijo, ilumina nuestra mente e inspira nuestros afectos, para que todos los habitantes de México seamos corresponsables y construyamos una nación donde reine el diálogo, la verdad, la justicia y la paz, que nos haga merecedores de la Patria del Cielo.

Todo esto, Dios Uno y Trino, lo suplicamos amparándonos en la intercesión maternal de Santa María de Guadalupe, Madre de todos los mexicanos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

(CEM, Consejo de Presidencia, 8 de abril de 2018).

http://www.cem.org.mx/prensa/1632-Oraci%C3%B3n-para-el-proceso-electoral-2018.html

 

Que tengan todos una feliz semana. ¡Sea alabado Jesucristo!

 

+ Gustavo Rodríguez Vega
Arzobispo de Yucatán

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